Desde el inicio de las civilizaciones, el desarrollo cognoscitivo del hombre, le ha dado la posibilidad de juzgar y pensar sobre todo lo existente en la naturaleza; el ser humano se ha dado a la tarea de tratar de explicar los enigmas que encuentra en su medio, aquellas cosas que por alguna u otra forma intervienen en su vida; se pregunta este entonces ¿que origina los sucesos del mundo?, ¿Cuáles son las causas de dichos sucesos? ¿Por que ocurren de una manera determinada?
Se desarrolla pues la imaginación del individuo y la primera forma en la que se intenta llegar a las respuestas de estas preguntas es la creación de un ente o ser superior (Dios) capaz de dar origen a todo lo existente; el hombre comienza en ese momento, la búsqueda de una razón que le permita entender el porqué de su naturaleza; pero no solo se trata de entender por entender sino de comprender la manera en la que funciona el mundo circundante para así mismo saber cómo desenvolverse en el.
La significación teológica, filosófica y antropológica de Dios hace referencia a una suprema deidad adorada por algunas religiones, su conceptualización ha sido tema de debate en casi todas las civilizaciones humanas, la mayoría afirman tener la razón en la manera en que creen en esta deidad, pero frente a la existencia de Dios se proponen básicamente dos posiciones, la de aquellos que creen y la de aquellos que no lo hacen. A la hora de abordar este problema es por tanto importante e ineludible tener en cuenta que por existir estas dos posiciones, opuestas entre sí, será siempre necesario mencionar tanto los argumentos que se usan para demostrar su veracidad, como los que se usan para negarla. Cada argumento, a su vez depende de la formación intelectual y del enfoque que posea la persona que esté abordando dicho problema. Así por ejemplo, el teólogo sustentará la existencia de Dios por medio del método de la revelación y la fe, y desde el tratara de demostrar dicha existencia (esto se da principalmente en la época medieval)
El metacientífico por su parte, trabaja en el problema desde las exigencias resolutivas que el desarrollo cognoscitivo le suscita. Pero ¿de qué tipo de conocimiento estamos hablando? Al discutir sobre Dios o dioses en general, nos estamos refiriendo a un asunto que tiene su origen bastantes años atrás, una cuestión que surgió con el mundo propio.
A La luz de las generalidades inductivas pero en mayor medida a la luz del preconocimiento de carácter mitopoetico, el basado en supersticiones y el que hace uso de la antropomorfizacion de dioses (el hombre que es metacientífico y aun el hombre que no lo es, se ve a sí mismo como el producto de una divinidad que es en imagen física igual a él; posee entonces el ente divino atributos humanos pero cabe aclarar que esto no quiere decir que el hombre posea cualidades de dios) y de todo aquello que en el mundo son elementos no conocidos y/o intangibles puede de algún modo entenderse mejor cuál ha sido el origen de Dios o dicho de otra forma, del dogma de la existencia de un dios y cuestionarla favorable o desfavorablemente. Etimológicamente, la palabra dios viene de una raíz latina que significa luz o luminosidad
Es entonces evidente que si hablamos de Dios hablamos también del primer conocimiento o conocimiento precientifico; sin embargo, no hay que descartar el conocimiento científico, pues cuando decimos: “exigencias resolutivas del desarrollo cognoscitivo” estamos haciendo alusión a esos requerimientos que van surgiendo de la mano de este; a medida que el conocimiento se acerca más a su carácter científico obliga a que las respuestas que se dan a las posibles causas del mundo sean menos fantásticas e imaginativas; se ve la necesidad de pruebas tangibles y cuando definitivamente no hay evidencias concretas, se abre espacio a la duda razonable.
Queda claro pues que la creencia en dioses surge por una indagación directa sobre las posibles causas que podrían dar origen a los sucesos que están ocurriendo alrededor. Se trata de la búsqueda de un principio o de una causa primera que sea el punto de partida para todas las demás causas segundas que de una u otra forma actúan sobre el mundo, pero también es claro que esto cambia y la manera de explicar el mundo pasa a ser otra, la ilustración divina pierde importancia y una prueba indiscutible de esto es precisamente la polémica generada entre creacionismo y evolucionismo.
Con el nacimiento de esta discusión también surge desde los planteamientos anteriormente expuestos; la siguiente pregunta ¿Cómo este ser siendo producto de la imaginación del hombre, puede ser la causa primera de la vida? Al tratar de dar respuesta a esta pregunta se nos hace necesario hablar de fe y entender que es y cómo se utiliza hoy en día este artilugio religioso existente en todo tipo de cultos.
Fe como capacidad desarrollada por los hombres para creer en aquello que no ven, depende fundamentalmente del valor que se le asigne a testimonios humanos. A la hora de tratar de demostrar la real existencia de Dios se utiliza a la fe, se ve en la existencia de dios un carácter demostrable mas no mostrable, esto quiere decir que aunque no existan pruebas materiales o dicho de otro modo, pruebas tangibles, la presencia de Dios es objetiva, cierta y su demostración ocurre a posteriori, es decir la creencia en Dios y en su existencia viene después de observar su intervención en el mundo (ejm: milagros) y no antes de esto.
Resulta curioso ver como algunas sectas o estamentos manejan a sus adeptos mediante la fe, y se valen de ella para manipular maneras de actuar y conseguir beneficios personales. Algunas personas, por ejemplo, que dicen ser los representantes de dios en la tierra, o que dicen tener poderes que les han sido asignado por aquel que está en el reino de los cielos, mantienen buenas posiciones sociales y tiene una solubilidad económica además de otro tipo de beneficios por la ingenua fe de sus creyentes que, dan limosnas pues en su fe esta que si se da el diezmo a la iglesia tendrán entonces posibilidades de no ser enviados al infierno después de su muerte.
Para los evolucionistas y para aquello que sencillamente no están muy de acuerdo con una explicación divina del mundo la existencia de dios es tan solo la forma más sencilla dar solución a las diversas problemáticas de la vida y de comprender de una manera no tan enredada el funcionamiento del universo, de su universo. El hecho de que algo o alguien fuese el principio creador de lo que existe, que es capaz de determinar las pautas conductuales a seguir por esta sociedad que no desea ser castigada o juzgada, nos lleva a pensar ¿es realmente Dios una tendencia para explicar solo el origen del universo o es también una forma adoptada por los seres humanos para justificar sus acciones?
Responder a esta pregunta seria infinitamente difícil ya que durante años hay quienes han intenta hacerlo y no han tenido los resultados más satisfactorios; mientras no se pueda mostrar la existencia de dios no podrá decirse que este se halla de una manera en la que convenza a la humanidad entera y de igual manera mientras exista la fe y quienes crean en aquello de lo que no hay pruebas tangibles, no se podrá decir que dios realmente no existe y que lo que sucede es que no es más que una invención de la hábil y majestuosa mente humana.
La única verdad es que ambas posiciones han llevado al hombre a crear una actitud reflexiva ante la vida, la incógnita siempre seguirá ahí, los argumentos hasta ahora encontrados no son lo suficiente como para darle plena certeza a una posición u otra; el camino para descubrir realmente lo que ocurre en este mundo lleno de interrogantes, no es aun del todo muy claro y tardara mucho en serlo.
POR: LISA MARIA PAEZ HOYOS 100150092009
LUISA FERNANDA DUSSAN 100150082009
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